ROELAND VAN OSS, EL ILUMINADOR DE LAS MONTAÑAS QUE SE DESPLAZA EN BICI
Los «82 4000» de los Alpes en 78 días, a fuerza de piernas y pedales

INTRODUCCIÓN:
Más que un guía de alta montaña, Roeland Van Oss es un iluminador. Más que una aventura, ha conseguido una epopeya. Más que subir las 82 cumbres de los Alpes a más de 4000 m de altitud, el neerlandés de 44 años, ahora basado en Chamonix, ha enviado un mensaje. Entre el 27 de mayo y el 12 de agosto de 2022, Roeland Van Oss logró los «82 4000» a fuerza de piernas solamente. ¿Cómo? Confiando firmemente en sus convicciones y dándole con fuerza a los pedales. ¿Por qué? Para sensibilizar sobre el calentamiento global y concienciar sobre el impacto del cambio climático en su trabajo y en esta montaña que recorre a diario.
Este viaje es el hito de un hombre sencillo con unas dimensiones desmedidas: ¡78 días, 1300 km de bicicleta, 600 km de alpinismo y 100 000 m de desnivel positivo! El relato de un proyecto de vida, que cambia a un Hombre, mucho, y las mentalidades, un poco.
«Más que un guía de alta montaña, Roeland Van Oss es un iluminador.»
«Darle con fuerza a los pedales. Confiar mucho en tus convicciones.»
VIENE DE UN PAÍS CUYA CIMA CULMINA A 322 METROS DE ALTITUD
«En los Países Bajos somos solo 10 guías de alta montaña. Yo soy el número 7.» Pocos en comparación con los 16 millones de habitantes que tiene mi tierra natal, y eso se explica por la geografía del país que, en su punto culminante continental, el Vaalseberg, al sur de Liburgo, solo mide 322 m. ¡Pero no nos podemos quejar! Eso nos da mucho trabajo a nosotros, los guías holandeses, porque entre pocos nos repartimos una gran clientela de compatriotas amantes del alpinismo.»
«En los Países Bajos somos solo 10 guías de alta montaña. Yo soy el número 7.»
UN RECORRIDO DE GUÍA ATÍPICO
«Sentí la llamada de las montañas durante las excursiones que hacía en verano, en los Alpes, con mis padres. A los 15 años me apunté al Club Alpino holandés. A partir de ahí disfrute del placer de recorrer los glaciares e hice varias carreras de alpinismo. Me encantó. A los 21 años me hice monitor deportivo; más adelante fui monitor de esquí durante cinco temporadas, en Austria, y luego durante otras tres más en Francia. En aquella época me enamoré de la escalada. Llegué a la conclusión de que la mejor forma de combinar mis tres pasiones era pasar el examen de guía de alta montaña. Lo conseguí a los 32 años, después de dedicar dos años a hacer la famosa «lista de carreras».
«A los 21 años me hice monitor deportivo; más adelante fui monitor de esquí durante cinco temporadas, en Austria, y luego durante otras tres más en Francia.»
¿CUÁL ES EL ORIGEN DEL PROYECTO “82 x 4000”? UNA CONSTATACIÓN (IMPACTANTE) Y UNAS GANAS (PROFUNDAS)
«Esa voluntad de subir las 82 cumbres de los Alpes a más de 4000 m, sin ningún transporte de motor, solo a fuerza de piernas, viene de dos lados. La primera es la constatación dramática que surgió de mi expedición al Himalaya, en 2021. Me di cuenta de cuántas personas había ahí, al pie del Everest, para lograr un resultado. Solo tenían un objetivo: ser el primero, el mejor o el más rápido...» Así que a medida que iba recorriendo Europa, cada vez tenía más ganas de subir los «82 4000». La constatación y las ganas se cruzaron y así nació el proyecto. Pero más que llamar yo la atención, gritando a los cuatro vientos: «¡eh, mirad lo que hago!», quise convertir esta aventura en una oportunidad para sensibilizar sobre una causa que es importante para mí: el cambio climático y cómo nos afecta a nuestro trabajo de guías a nosotros, los iluminadores de la montaña, siempre sobre el terreno, en contacto con los elementos.»
«Me di cuenta de cuántas personas había ahí, al pie del Everest, para lograr un resultado. Solo tenían un objetivo: ser el primero, el mejor o el más rápido...»

UNA PREPARACIÓN FÍSICA, MENTAL Y LOGÍSTICA MUY TEDIOSA
«¡Este proyecto viene de lejos! Tardé más de 6 meses en construirlo, entre la búsqueda de patrocinadores y compañeros de cordada, la preparación física y mental, la organización logística, la construcción de un itinerario global coherente y el análisis detallado de cada carrera. Ya había subido 50 de las 82 cumbres previstas, así que conocía muy bien el terreno. Físicamente, me preparé muy a conciencia, basándome en un 50 % en mi trabajo de guía, en la montaña, con mis clientes; y el 50 % restante más específico, con mucho trail running y subidas empinadas de 1000 m de desnivel positivo lastrado con una bolsa de 20 kg. Por último, mentalmente he trabajado para adquirir serenidad elaborando un plan B para cada ascenso. El tener varias opciones y salidas de emergencia «por si acaso» me tranquilizó psicológicamente.»
«A modo de preparación física, mucho trail running y subidas empinadas de 1000 m de desnivel positivo lastrado con una bolsa de 20 kg.»
¡DOS GRANDES DIFICULTADES!
«¡El reto principal, y la clave del éxito en cierto modo, es la capacidad de adaptación!» Por mucho que tengas la mejor preparación del mundo, en un momento dado lo importante es aquello a lo que te enfrentas a la hora de la verdad. Lo más duro es la incertidumbre permanente de las condiciones meteorológicas, que te obligan a adaptar constantemente tu hoja de ruta. La dependencia de las condiciones es tal que tienes que hacer y deshacer tus planes sobre la marcha buscando el mejor momento. Eso genera un desgaste mental que se hace cada vez más duro a medida que pasan los días. Tras un ascenso difícil, normalmente puedes relajar los nervios. Pero ahí no desconectas porque tienes que pensar directamente en el siguiente. La otra gran dificultad fue la ola de calor. Con las temperaturas extremas, algunas carreteras se volvieron muy peligrosas. Los glaciares se mueven y el deslumbramiento se multiplica. Una consecuencia directa del calentamiento climático.»
«Lo más duro es la incertidumbre permanente de las condiciones meteorológicas, que te obliga a adaptar constantemente tu hoja de ruta.»
«Con las temperaturas extremas, algunas carreteras se volvieron muy peligrosas.»

RODAR, COMER, DORMIR: UNA LOGÍSTICA SENCILLA PERO EFICAZ
«Durante esas 78 horas, transporté mi tienda en un pequeño remolque enganchado a mi bici. Así tenía libertad para parar en cualquier área de camping para dormir. En alta montaña, pasaba las noches en refugios, que a veces eran simples cabañas. Para alimentarme, tenía la suerte de poder bajar al valle para ir de un ascenso a otro en bici. De esa forma podía comer bien, donde quisiera. No me faltó nada. Comía según el hambre que tuviera. Podía reponer energías cada vez que lo necesitaba. Ni siquiera perdí peso, a diferencia de las expediciones donde pasas varias semanas en el campamento base. ¡No sé cuántos platos de pasta llegué a tomar, pero fueron kilos! También eché de menos esos batidos proteicos de chocolate que bebíamos entre dos cimas, para recuperarnos mejor. ¡Sabían a gloria por la satisfacción!»
«No me faltó nada. Comía según el hambre que tuviera. Podía reponer energías cada vez que lo necesitaba. ¡Ni siquiera perdí peso!»
«También eché de menos esos batidos proteicos de chocolate que bebíamos entre dos cimas, para recuperarnos mejor. ¡Sabían a gloria por la satisfacción!»
(CASI) NUNCA SOLO
«De los "82 4000", solamente subí 4 yo solo.» ¡La dimensión colectiva de este proyecto fue impresionante y recibí muchísimo apoyo! Me acompañaron 5 alpinistas distintos durante todo el viaje; algunos de ellos se quedaron conmigo durante casi 3 semanas. Conseguí crear las cordadas gracias al boca a boca —que me permitió conocer a amigos de amigos entusiasmados con la idea de participar— pero también, simplemente, gracias a las publicaciones en las redes sociales. El poder de esta aventura humana y la capacidad para compartir me sorprendieron. ¡Fue muy fuerte! Sentí una gran oleada de solidaridad y amabilidad.»
«De los "82 4000", solamente subí 4 yo solo.»

UN PROYECTO QUE CAMBIA UNA VIDA, Y A UN HOMBRE
«Este proyecto me permitió crecer como Hombre. Me cambio la vida y mi percepción de las cosas. Para empezar me di cuenta de que era más fuerte de lo que pensaba, tenía muchos más recursos físicos y mentales de lo que sospechaba. De hecho, cuando la gente me pregunta lo que cambiaría si volviera a hacerlo, respondo dos cosas: primero, contrataría a un profesional de la comunicación que gestionara mis redes sociales y mis relaciones con la prensa; y luego trataría de ir aún más rápido porque, al final, lo que más cansa es la duración de la aventura y no su intensidad. Cuanto más se alargaba el proyecto, más difícil me resultaba seguir adelante con nervio. Tanto que cuando terminé sentí dos emociones: ¡una gran alegría seguida de un tremendo alivio!»
«Me di cuenta de que era más fuerte de lo que pensaba, tenía muchos más recursos físicos y mentales de lo que sospechaba.» «Trataría de ir aún más rápido porque, al final, lo que más cansa es la duración de la aventura y no su intensidad.»
UN ILUMINADOR DE LA MONTAÑA
«El logro de los "82 4000" tenía como único fin sensibilizar sobre el cambio climático. Por la forma en que afecta a las montañas y, por lo tanto, a nuestro trabajo. Durante este proyecto pude observar lo mucho que se funden los glaciares a simple vista, lo peligrosas que son las carreras por el calor y la sequía, debido a los derrumbes, las caídas de piedras, las grietas... Por ejemplo, durante nuestro ascenso final, la Barre des Écrins, que tiene fama de ser un recorrido fácil, ningún alpinista se había aventurado desde hacía más de 2 semanas por lo peligroso que se había vuelto por las condiciones. Para terminar, también observé una señal de alarma muy simbólica, pero preocupante: ¡cabras montesas correteando a 4000 m de altitud! Los pobres animales tienen que subir así de alto para buscar el frescor...»
«Por ejemplo, durante nuestro ascenso final, la Barre des Écrins, que tiene fama de ser un recorrido fácil, ningún alpinista se había aventurado desde hacía más de 2 semanas por lo peligroso que se había vuelto por las condiciones.»
«También observé una señal de alarma muy simbólica, pero preocupante: ¡cabras montesas correteando a 4000 m de altitud!»

UN HOMBRE SENCILLO CON UNAS CIFRAS HERCÚLEAS
0 pinchazos en 1300 km de bici
600 km recorridos a pie, haciendo alpinismo, en alta montaña
100 000 m de desnivel positivo subidos
78 cumbres realizadas acompañado, solo 4 en solitario
Una carrera de 25 h como la jornada más larga, para realizar una travesía entre "7 4000"
16 000 kg de CO2 de huella de carbono ahorrada
LOS "4000" MÁS IMPACTANTES
El primer 4000: Piz Bernina
«El 28 de mayo. Lo elegí como punto de partida porque desde este lugar es fácil ir después a Zermatt y Saas-Fee, en Suiza, una región que condensa muchos picos de más de 4000 m.»
El último 4000: la Barre des Écrins
«Uno de los más alejados y aislados. Terminar con este es una decisión estratégica porque tiene fama de fácil y no obliga a realizar después una larga transición en bici para ir a otro valle.»
El más estético: la Arista del Diablo, para ir al Mont-Blanc de Tacul, y la cara norte del Weisshorn.
«No puedo elegir uno. Son dos cumbres que ya había subido por su vía normal, acompañado de clientes, pero nunca por estas variantes, que son espectaculares.»
El más sorprendente: la travesía del Schreckhorn, encima de Grindelwald
«Me impresionó la dureza y la singularidad de su roca.»
El que te gustaría tener en tu jardín, para poder subirlo todos los días:
«¡Oh la la! (Tras una larga duda) Creo que el Weisshorn. Su cara norte es espectacular. Es la combinación perfecta de todo lo que puede soñar un alpinista: la calidad de la nieve, la pureza de la roca y la belleza del paisaje...»
El más fácil: el Bishorn
«Fuimos tan rápido que parecía que volábamos... ¡Lo hicimos en solo 2 horas!»
El más largo: el Dent d’Hérens
«¡Es el ascenso que más tardamos en hacer! Pero el día más largo fue el del 31 de julio: 25 horas para hacer todo el Skyline encima de Zermatt. ¡"7 4000" de golpe! Una travesía "Tasch – Dom – Lenzspitze – Nadelhorn – Stecknadelhorn – Durrihorn – Hohbarghorn". ¡"Hard day at the office", como dicen los ingleses!
El más duro: las Grandes Jorasses
«Un mito que bien merece su leyenda.»
El más difícil técnicamente: la Arista del Diablo
«Un poco menos exigente física y mentalmente que las Grandes Jorasses, pero muy difícil desde un punto de vista técnico.»
El más temible: el Dent d’Hérens
«Fue aterrador por las condiciones sumamente peligrosas. Hasta la Barre des Écrins daba miedo, y eso que tiene fama de fácil... Pero el Dent d’Hérens, con su glaciar abierto muy inestable, aún da más miedo.»
El puerto en bici preferido: el Paso de Nivolet
«El puerto para acceder al Gran Paraíso. Un ascenso de 38 km y casi 2000 m de desnivel positivo, seguido de una bajada de 40 km con una vista impresionante del magnífico valle italiano.»
El puerto en bici más duro: el puerto de Pillon
«Un puerto de los Alpes suizos; no impresiona precisamente por su dificultad extrema pero me llevó al límite. Hacía casi 40 ºC. Zigzagueaba por la carretera, hasta el punto de que un coche se paró para remolcarme. Decliné amablemente la ayuda contestando que no podía: ¡me había prometido lograr el proyecto de "82 4000» sólo con la fuerza de mis piernas!»
