Carolin Langenhorst

Snowboard
País
Alemania
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Fecha de nacimiento
1996

LA SEGUNDA LÍNEA AL ATAQUE

Después de que las talentosas Selina Jörg y Cheyenne Loch pusieran fin a sus carreras al final de la temporada pasada, ha llegado el momento de que las atletas de segunda fila demuestren de lo que son capaces. No menos importante para Carolin Langenhorst, medalla de bronce en el Campeonato del Mundo Junior de 2016 y segunda en la Copa del Mundo de 2017 en Rogla. Y gracias a su tercer puesto en la Copa del Mundo de este año en Bannoye (Rusia), se ha fijado como objetivo clasificarse para los Juegos Olímpicos de Pekín 2022.

BAVIERA PREMIA SU COMPROMISO SOCIAL EN 2020

Abanderada del Team Snowboard Germany, Carolin nació el 3 de febrero de 1996 en Hamm y creció en Berchtesgaden. Tras descubrir el snowboard con su hermano mayor, se aficionó rápidamente y llegó a ser una de las mejores del mundo en las disciplinas de eslalon gigante paralelo y eslalon paralelo. Gran deportista, estudia Ciencias de la Educación en la LMU de Múnich, su ciudad natal. Carolin Langenhorst tiene una vena social, y fue durante el primer encierro de Covid cuando demostró lo impresionante que es su compromiso. Se ofreció voluntaria para ayudar en la línea telefónica de ayuda de la Agencia Sanitaria de Bad Reichenhall. «En vez de quedarme en casa sin hacer nada, quería implicarme intelectual y socialmente». Este compromiso se vio recompensado con el Bayerischen Sportpreis 2020 (Trofeo del Deporte Bávaro), concedido por Joachim Herrmann, Ministro de Interior y Deporte de Baviera.

SU OBJETIVO: QUEDAR ENTRE LOS 8 PRIMEROS EN LOS O.J.

Además del snowboard, le gusta la repostería, el alpinismo, el surf y las acrobacias. Se describe a sí misma como cerebral y cree que esto a veces le juega malas pasadas cuando practica snowboard. Le cuesta desconectar y dejarse llevar, y le gustaría cambiar eso. Antes de cada carrera, esta joven de 26 años tiene un ritual: persignarse en la línea de salida. Tal vez le traiga suerte en los Juegos Olímpicos de Pekín. Siente cómo aumenta la presión. «Ahora tenemos que irnos», dice. «Los entrenadores intentan protegernos de la presión, pero está claro que es imposible escapar de ella. Vamos por el buen camino y, sobre todo, estamos muy motivadas».

Todavía no sabe si eso será suficiente para acabar en el podio, pero sigue confiando en terminar entre las ocho primeras. En 2018 fue novena en los Juegos Olímpicos. En 2022 aspira a más. Julbo le desea mucha suerte.

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