«¡En busca de la excelencia!»

¡Lleva el biatlón en la sangre! Y el Jura corre por sus venas. La carrera de Quentin Fillon-Maillet empieza en Saint-Laurent-en-Grandvaux, a diez kilómetros a vista de pájaro de la sede de... ¡Julbo! En este pueblecito, encaramado a 900 metros de altitud en medio de las montañas, empezó todo para el francés. En el paraíso del esquí nórdico.

Los Fillon-Maillet comparten la pasión por los deportes en plena naturaleza desde hace generaciones. Haciendo excursiones esquiando, en bici o a pie, Quentin y su familia exploraban cada bosque del macizo. Guiado por sus padres, descubre las competiciones de esquí de fondo a los diez años. Cuatro años más tarde, con su carabina a la espalda, se inicia en biatlón. Gran campeón cadete de Francia en 2008, el adolescente empieza a soñar con un destino profesional.

Del sueño a la realidad

Miembro del equipo de Francia junior en 2010, el jurasiano disputa su primera temporada en la IBU Cup en 2012. Enseguida se fija en su rendimiento el equipo galo, que le abre las puertas del equipo de Francia A, durante un curso de preparación junto a Fourcade, Béatrix, Bœuf... En 2014, Quentin Fillon-Maillet se ve propulsado a la Copa del Mundo, en Grand-Bornand. Siente su primer escalofrío junto a los grandes.

En enero de 2015, Quentin se codea con las estrellas al subir a su primer podio de una Copa del Mundo, en la mass start de Ruhpolding. Un segundo puesto tras un sprint antológico con el alemán Simon Schempp, que solo lo adelanta en la foto finish por ocho centímetros. Todavía hoy, sigue siendo su mejor recuerdo.

De la sombra a la luz

Lanzado a la órbita, el biatleta continúa su ascenso durante los años siguientes. Aunque en los JJ. OO. de Pyeong Chang 2018 no consigue llevarse una medalla olímpica, llega a lo más alto en la mass-start de Antholz-Anterselva, donde consigue su primera victoria en una Copa del Mundo. Su mayor emoción.

En 2020, Quentin Fillon-Maillet, que durante tiempo estuvo a la sombra de Martin Fourcade, brilla con luz propia. Temible en esquí e imperturbable detrás de la carabina que él mismo fabricó, está que se sale en los Mundiales (oro en relevos, plata en mass-start y sprint) y sube al podio de la Copa del Mundo, destacando en cada una de las disciplinas individuales: 2.º en sprint, 3.º en persecución, 3.º en individual, 2.º en mass-start. ¡Un ascenso espectacular!

Con una regularidad impresionante, Quentin Fillon-Maillet se consolida como el nuevo líder de la patrulla azul. Cada vez más ambicioso, ahora solo tiene ojos para las medallas olímpicas y los globos de cristal. Dos objetivos que vemos ya cerca.