«¡Haz lo que quieras, pero hazlo bien!»

Samuel Anthamatten, nació en 1986 en Zermatt (Suiza) y es un esquiador freerider, aunque él se autodefine como un «tío de monte». «Es lo que me ha hecho como soy y lo que ha formado mi carrera», explica. A Samuel le encanta explorar las montañas desde que era muy pequeño. Primero iba con sus padres y hermanos, Simon, Martin y Marillia, a hacer senderismo los fines de semana, y luego solo con su hermano Simon, que siempre ha sido su mentor. «Me daba fuerza. Cuando yo tenía 10 años, Simon empezaba a escalar y necesitaba a alguien que le asegurase. Yo apenas podía sujetar una cuerda, pero era su único compañero, así que tenía que hacerlo.»

De las cascadas de hielo al Freeride World Tour

Ha esquiado toda su vida. Empezó delante de su casa cuando solo tenía 3 años, y practicó durante toda su infancia. «Era la actividad de los fines de semana y los miércoles por la tarde», recuerda. Por entonces, ya saltaba de un lado a otro y exploraba nuevos terrenos. «Quería hacer freeriding sin nada de equipamiento», cuenta.

Su carrera de esquí dio un giro en 2010 tras recibir una llamada. Nicolas Hale-Woods, el director de la organización del Freeride World Tour le ofreció un wild card para competir en el Freeride World Tour. El año siguiente, durante su primera temporada, terminó segundo en la general e incluso ganó en el escenario olímpico de Sochi: «Fue un gran cambio para mí porque vi el potencial que tenía esquiando. Ahí fue donde decidí convertirme en freerider profesional.» Utilizó la competición como trampolín de su carrera de esquí, y eso le permitió lanzarse al mundo del esquí a la vez que seguía haciendo alpinismo. «Fue natural compaginarlos: las competiciones terminan a finales de marzo o principios de abril. Todavía tenía dos meses para seguir esquiando muy bien en las montañas.»

Un número de equilibrista en alta montaña

Hoy, sigue en Zermatt, y lo considera su hogar. «Nada más salir de casa tengo miles de kilómetros alrededor para correr o hacer bici; es superaccesible para esquiar, escalar, hacer montañismo y parapente.» Durante los meses de verano, Samuel trabaja como guía. En invierno, se dedica a esquiar y hacer proyectos de vídeos. «En verano, pienso en lo que he hecho y en lo que se puede hacer para la próxima temporada.» Desde que finalizó su carrera en el Freeride World Tour, ha salido en unos cuantos documentales deportivos. «Puedo enseñar mi región, contar la historia de una expedición y viajar por todo el mundo», dice de su trabajo documental.

Samuel ha sido una parte importante del team #julboathlete y, tal como dice, se siente «orgulloso de haber estado casi 15 años en el equipo. Es una colaboración genial.» «Los productos son buenísimos, la calidad está ahí. Puedo escalar, esquiar, hacer bici y parapente, con una protección excelente. Julbo tiene una larga historia en gafas de sol, son de los mejores.» También explicó que «en muchas de mis actividades, estoy expuesto al peligro y no puedo permitirme cometer ni un fallo. Necesitas el mejor equipamiento del mercado, y realmente creo que con Julbo lo tengo. El consumidor quiere las mismas gafas para todo el invierno, pero la luz del sol no es la misma en diciembre que en marzo o abril. Ahora bien, con Julbo tienes una máscara que es superadaptable a todas las condiciones, gracias a las lentes REACTIV.»

La máscara favorita de Samuel Anthamatten es la Aerospace, por su tecnología antivaho gracias al sistema Super Flow. Cuando Samuel escala las cumbres más altas de Zermatt, necesita una máscara que no se empañe, por eso elige la Aerospace.