Del kayak al BTT... Por las gargantas del Tarn
Del kayak al BTT... Por las gargantas del Tarn
Descubra la aventura de Jérôme Clementz y Fred Horny que, al final de la crisis Covid, buscan una excursión.
Frustrado por el contexto y la dificultad del viaje, necesitaba aventura, una ruta insólita, más que solo BTT. Surgió la idea de hacer un descenso por las gargantas del Tarn en kayak, con escalas de BTT por los senderos más cercanos. No me costó convencer a Fred Horny y Jerome Clementz para que me siguieran en esa ruta algo particular. El relato.
«Dices que es imposible, pero no lo has intentado» suelta Jerome ante la reticencia de Fred para lanzar su Packraft por una cascada en escalera. Los 2 pilotos Julbo me miran para que les dé otra opinión, según mi propia experiencia de kayak por aguas vivas. «Tendrás suerte si pasas el segundo escalón», digo yo en tono paternalista. Temiéndome que la palabra «imposible» no esté en el diccionario del campeón del mundo de enduro, añado «... y Fred necesitará que lo rescaten... ¡otra vez!» recordándoles a los dos el incidente anterior. Miramos de nuevo el agua en ebullición y decidimos apostar por la seguridad, tirando de nuestras embarcaciones cargadas con las bicis por la orilla embarrada; está claro que así es menos movidito. Pero al fin y al cabo es solo uno de los cuatro pequeños porteos que tenemos que hacer durante un descenso de cincuenta kilómetros por el río. No esta mal, teniendo en cuenta el nivel alto del agua y, sobre todo, que somos novatos en packraft.
Volvemos a remar. Nuestros remos atraviesan un rápido tras otro, y el agua choca con nuestras bicis atadas a la proa. «Nunca había tenido la bici tan limpia», grito, mientras intento un slalom entre rocas grandes como coches. Remar por aguas vivas es como rodar en BTT por un sendero técnico: hay que elegir la línea adecuada y nuestra aventura de tres días está plagada de rocallas, drops, elecciones de líneas y flow, tanto por los senderos como por el río.
El departamento de Lozère tiene en torno al Tarn cientos de kilómetros de senderos que atraviesan las gargantas, gran parte de las cuales van junto al río (mapa IGN 2640-OT). Es posible recorrerlos en bici todo el año, aunque en verano hace calor y hay por lo menos 22 campings a lo largo del río. En ese entorno alternaremos atraque, montaje de la tienda, pedaleo, remadas y ride.
En general, abordamos la parte de bici con 500-600 m de desnivel para llegar a las mesetas, maravillarnos con las vistas sobre las gargantas y encontrar un sendero técnico que nos guste para volver a bajar a la ribera y recorrer la orilla para llegar a nuestras barcas y recuperar nuestras cosas. Los caminos de alrededor son lúdicos, variados, agradables y nos permiten descubrir la región «vista desde arriba».
Ya sea en raft con algunos rápidos «potentes» o en bici con algunos senderos «aéreos» tenemos nuestra dosis de adrenalina y disfrute y pienso que no hace falta irse a la otra punta del mundo para vivir sensaciones fuertes. Aquí hay de todo. Durante tres días en los que pudimos hartarnos de agua y senderos BTT, disfrutamos a tope, viviendo permanentemente entre la felicidad y la excitación. El hecho de pasar todo el rato del kayak al BTT es una combinación emocionante que aconsejamos vivir recorriendo las gargantas del Tarn. Una auténtica aventura.