Draw the line #1: Viaje en altitud entre Francia e Italia
Estaba claro que saldría bien. Embarcar a nuestros atletas de montaña y a nuestra comunidad, juntos por las cumbres, era una apuesta atrevida.
A través de encuestas, votaciones, concursos y distintos tipos de «llamadas a la acción», nuestros seguidores recibieron la invitación de participar en las peregrinaciones montañeras de nuestros atletas. Así pues, juntos «dibujaron una línea» que les llevó de Chamonix a Cervinia, adaptándose a las inclemencias meteorológicas complicadas de esta primavera de 2021.
Escalada mixta, esquí extremo, escalada en precipicios y alpinismo: este era el menú que se pudo preparar para esta primera obra de «Draw the line». Y para que un menú así tenga sabor, es necesario elegir los ingredientes con mucho mimo. Para eso, pusimos los platos pequeños dentro de los grandes, con unos atletas de renombre, de los mejores de su generación en sus respectivas disciplinas:
- Mathieu Maynadier, alpinista internacional, hiperpolivalente cuando de escalar se trata.
- François Cazanelli, alpinista «fast & light», exatleta de alto nivel en esquí alpinismo, récord en la Intégrale de Peuterey, entre otras proezas.
- Symon Welfringer, talentoso escalador de la nueva generación.
- Vivian Bruchez, esquiador de las cimas, virtuoso deslizándose por terrenos suspendidos.
- Mathéo Jacquemoud, guía de alta montaña, excampeón del mundo de esquí alpinismo y una máquina de la montaña, ya sea con los esquís bajo los pies o con una vela sobre su cabeza.
Si bien este elenco de atletas hubiera arrastrado de por sí a muchísima gente a un festival de cine de montaña, la auténtica cabecera del cartel de este «menú», la que haría de este proyecto algo tan especial, es la presencia de toda la comunidad Julbo junto a nuestros atletas, es decir, ¡VOSOTROS!
Así que todos, alpinistas o no, montañeros expertos o no, podían dar su opinión sobre el itinerario que recorrerían nuestros atletas.
Punto de partida: Chamonix
El jueves 3 junio 2021, ante la estación de partida del teleférico del Aiguille du Midi, en Chamonix, el día está nublado. Desde hace varios días, la previsión meteorológica es aleatoria, todo por culpa de una corriente del oeste que trae mucha inestabilidad a los macizos. No son las condiciones ideales para ir a la montaña… Pero contra viento y marea —o nieve y niebla— Draw the Line tendrá lugar sí o sí y Mathieu Maynadier da el pistoletazo de salida. Se encuentra con dos «invitados» de categoría: Mathéo Jacquemoud y Vivian Bruchez. Se ha lanzado la primera votación, con la opción de elegir entre dos goulottes en la cara norte del Aiguille du Midi, a más de 3800 m de altitud. Desde la pasarela sale el primer rappel y los tres alpinistas consultan los resultados de la encuesta. Será la goulotte «Vent du Dragon», clasificada como TD-M5 —es decir, «muy difícil» en lenguaje montañero—. ¡Un primer rappel pendular de 50 metros enseguida caldea el ambiente!
Durante los cinco largos de su ascenso, los tres atletas transmiten a la comunidad el ambiente fresco y mineral de su recorrido. Ríen, cantan y, sobre todo, ¡desgastan los crampones y los filos de los piolets en la pared y las placas de hielo! Durante 6 horas, Mathieu, Mathéo y Vivian se «someterán» a la primera decisión de la comunidad. Lo bueno para ellos es que esta opción es tan interesante de enseñar como de escalar.
Al salir de la vía, en la arista de Cosmiques, Mathieu Maynadier confiesa: «Ha sido una buena vía, con algunas variantes. No ha habido grandes proezas pero hemos disfrutado. Ha sido un día agradable entre amigos». Vivian y Mathéo, un poco menos acostumbrados a las goulottes, asienten sonriendo. Parece que comparten las palabras de Mathieu.
A las 16:30, después de comer algo rápido en los túneles del Aiguille du Midi, llega el momento de empaquetar una parte del material y ponerse las botas de esquí, para dirigirse al refugio de Cosmiques. La famosa «arista del Aiguille du Midi» es un mero trámite para Mathéo y Vivian, que encadenan curvas esquiando con una facilidad pasmosa. Al llegar al refugio no hay tiempo que perder, hay que comprobar la previsión del tiempo del día siguiente, seleccionar las fotos, guardar las imágenes de vídeo y validar las opciones posibles para después.
Tras una comida salpicada de bromas y anécdotas, Vivian se presta a responder a las preguntas de los internautas. Comparte la experiencia y da consejos; en eso consiste también Draw the Line.
Al final, poco antes de acostarse (en el refugio hay que acostarse pronto), publican la segunda encuesta. ¿Preferís la vía Contamine-Negri o el Gros Rognon? Los resultados de la votación, mañana...
Viernes: jugando al escondite en un mar de nubes
A las 5:00, el despertador pone fin a una noche movida para muchos miembros del equipo. ¡Pasar la noche a 3545 m sin aclimatación previa es muy duro!
El viernes 4 de junio a esa hora ya ha amanecido, pero el cielo no está claro. Las nubes son densas y no se ve nada a más de 20 metros... Habrá que esperar. A unos la espera les cuesta más que a otros, ¡Mathéo está ya listo e impaciente por ponerse en marcha! Hacia las 6:30 todos empiezan a activarse y 30 minutos después, con los esquís puestos, los tres atletas descubren los resultados de la encuesta del día anterior. Será la Contamine-Negri, una vía de alpinismo esquiable para unos montañeros expertos como ellos. Esquí extremo: con el maestro Vivian Bruchez en el equipo, la jornada promete ser bonita.
Tras una breve aproximación esquiando, todos se preparan para ese porteo de 600 m de desnivel positivo que les espera, por unas pendientes de hasta más de 50°. Mathis Dumas y Jordan Manoukian, fotógrafo y encuadrador del proyecto respectivamente, irán por la vía, acompañados de un guía, para traernos unas bellas imágenes. Abajo, Aurélien Colin se mantendrá en contacto con todo el equipo para contar la experiencia del día (o más bien de los 4 días) a través de los stories de Julbo en Instagram.
Poco después del paso de la rimaya, las nubes vuelven a hacer su aparición. Imposible avanzar. Vivian aprovecha para empezar un tutorial de «abalakov», que es un punto de anclaje en el hielo para hacer rappel. Varias decenas de minutos más tarde, el mar de nubes está bajo sus pies y pueden continuar el ascenso. Las condiciones para grabar son ideales, ¡casi idílicas! Al bajar, Mathéo Jacquemoud abre el baile, seguido de Mathieu Maynadier, menos acostumbrado al esquí extremo pero sólido en los apoyos a pesar de todo. Vivian cierra la marcha y va encadenando curvas con su estilo inimitable, muy fluido.
Después de bajar la vía, el equipo se reagrupa, muy sonriente otra vez, después de estas curvas suspendidas. Mathéo y Vivian, «invitados» del proyecto, se marchan a Chamonix, y la mayor parte del grupo se desliza hasta la Vallée Blanche antes de volver a calzarse las pieles de foca para llegar al refugio Torino, en la vertiente italiana del macizo del Mont-Blanc.
La tarde girará en torno a los consejos de Mathieu Maynadier sobre el material para llevar en «esquí de travesía», un montón de cafés italianos y, sobre todo, la llegada de otros dos atletas Julbo: Symon Welfringer y François Cazanelli.
Symon, joven escalador avezado, y François, anfitrión de lujo con un impresionante currículum, llegan durante la ruta a Draw the Line ávidos de aventura. En vista del tiempo desapacible que hace fuera, las ideas de reto no tardan en llegar. Una vez más, consultan a la comunidad y se organiza un concurso de dominadas en una viga de madera. La competencia es feroz y gana Mathieu Maynadier, por delante de un Symon que busca la revancha. La previsión meteorológica es menos divertida: el tiempo del día siguiente parece mucho peor. Esta noche no hay encuesta, esperaremos a mañana por la mañana, según el tiempo que haga.
Sábado: Improvisación en el valle de Aosta
Y llegó lo que tenía que llegar... A las 6:00 de la mañana, no solo hace mal tiempo sino que está peligroso. Los rayos rompen el cielo y los truenos rugen. Una situación nada desdeñable a 3500 m de altitud. ¡A pesar de la nieve, a nadie le apetece sacar los esquís! En el refugio Torino, café va, café viene, los atletas recurren a la comunidad para que les ayude a encontrar una idea de «repliegue». Surgen varias propuestas interesantes: ir a las termas, hacer escalada en el interior en Courmayeur, volver a casa... Pero Draw the Line no se detendrá ahora.
François nos propone ir al valle de Valtournenche para escalar por precipicios. Es la opción elegida, hacemos el equipaje. Tras bajar de la punta Hellbronner en teleférico, recuperamos los coches para llegar a este nuevo destino. Pero los atletas no se olvidan de interactuar con la comunidad, con una encuesta decisiva sobre el menú del mediodía: ¡pizza o pasta! Gana la pizza por poco y, con la barriga llena, Symon, François y Mémé (el apodo de Mathieu Maynadier) llegan al precipicio Barmasse, uno de los lugares de entrenamiento del local de la etapa. Unas vías 7b permitirán calentar tranquilamente [sic], y después se encadenarán los largos con una dificultad cada vez mayor, hasta 8a+... Esta tarde toca una de retos y encuestas con los seguidores de Instagram; el más épico será el de Symon, ¡que tiene que escalar un vía 7c con unas botas de alpinismo dos tallas más grandes que la suya en vez de con pies de gato! Casi demasiado fácil para él.
Al caer la tarde, rumbo a Cervinia, a unos kilómetros de ahí, donde la noche será más agradable que las anteriores, alrededor de una buena mesa en el restaurante familiar de la familia Cazanelli.
Empiezan a acusar el cansancio de los tres primeros días y François se adelanta y propone dos buenas carreras para el día siguiente. A las 21:00 publican la encuesta y el equipo se marcha a descansar poco después, ¡no sin antes probar la Grappa local!
Domingo: epílogo en la cara norte
Este cuarto día de Draw the Line, se despiertan más tarde: ¡a las 6:15! Pero la comunidad Julbo no parece conformarse con una carrera menor. La cara norte del Breithorn, una cumbre que culmina a 4125 m, será el escenario final, según los resultados de la encuesta. Después de encadenar varias subidas mecánicas, el equipo se separa en dos grupos, los atletas y el community manager bajarán por el lado norte para alcanzar el pie de la vía por gravedad. El fotógrafo y el videoartista se pondrán los pies de foca para 800 metros de desnivel positivo con el fin de llegar a la cumbre del Breithorn antes de pasar también a la cara norte para unos rappels.
En el momento de atacar la vía, el «Ferrari local» (François Cazanelli) advierte a todos que no deben tardar porque el sol calienta ya la ladera. El pequeño grupo se separa de nuevo y, tras varias impresiones en caliente publicadas en stories, los atletas inician el ascenso. Esta cara norte se compone de dos aristas principales, incluida la «Triftjigrat», vía elegida por nuestra cordada para llegar al a cima. Symon todavía no se ha acostumbrado a la altitud, pero Mémé y François no se andan con miramientos. ¡Afortunadamente, el escenario es majestuoso y eso hace olvidar la falta de oxígeno! A pesar del ritmo fuerte, los tres atletas comparten con la comunidad la realidad de las dificultades de la vía, a través de sus vídeos. Al cabo de 4 h de ascenso, llegan a la cumbre del Breithorn, no sin antes pasar por delante del objetivo del equipo de producción. Últimos selfies en la cima. Ya solo les queda volver a ponerse los esquís para regalarse un descenso de más de 2000 m de desnivel negativo que llevará al equipo directamente al restaurante de la familia Cazanelli.
Así termina Draw the Line, con una llegada de gran belleza, en uno de los cuatromiles conocido tradicionalmente por ser uno de los más fáciles de los Alpes, pero que, por su vertiente norte, es una dura carrera de alpinismo.
Una aventura compartida
Cinco atletas y miles de personas en la montaña; así es como podría resumirse esta primera obra de Draw the Line. Detrás de las bromas y los logros de nuestros cinco alpinistas, la comunidad Julbo estuvo ahí para seguir, interactuar, preguntar y, a fin de cuentas, diseñar esta línea con ellos.
El menú era ya apetitoso sobre el papel, pero su realización resultó aún más sabrosa sobre el terreno. Imaginar un proyecto participativo, en la montaña, teniendo en cuenta los retos objetivos que entraña este entorno era un gran reto. Un reto superado realmente mano a mano (o teléfono a teléfono) entre todos. Queríamos dar las gracias a todas las personas que han seguido el proyecto y, cómo no, a nuestros atletas y al equipo de producción, por su implicación absoluta y permanente en este proyecto.
Permaneced atentos porque pronto llegará otra obra de Draw the Line… ¡Hasta pronto!