Julia Simon: La Temporada de Cristal
En Oslo Holmenkollen, el templo del esquí nórdico, Julia Simon levantó el globo de cristal que premia a la mejor biatleta de la temporada. Dieciocho años después de Sandrine Bailly, se convirtió en la cuarta francesa en lograr tal hazaña. Fue una sorpresa divina para la atleta de Julbo, que nadie, ni siquiera ella misma, esperaba a ese nivel y en ese momento de su carrera.

EL FACTOR X: SU TIRO TUMBADO
Desde el primer fin de semana de competiciones en Kontiolahti, quedó claro que algo había cambiado. Sobre los esquís, Julia era igual de rápida. En su actitud, igual de decidida. En el tiro de pie, seguía atacando. Es en la alfombra de tiro tumbado donde ocurre la transformación. Julia dispara con calma, sin prisa. Se percibe su confianza, ¡y es increíble cómo, frente a la pantalla, parece fácil!
Sin embargo, para alcanzar este nivel de maestría (terminó la temporada con un 93% de aciertos en el tiro tumbado, frente al 84% de la temporada anterior y el 72% en 2020/2021), el camino fue largo para la biatleta de Julbo, como testifica el entrenador del equipo femenino, Jean-Paul Giachino, a la AFP: "La iniciamos en un modo de tiro al plato, donde el arma nunca está quieta. Pero así no se consigue regularidad. En su aprendizaje, no le hablamos de los fundamentos: respiración, apuntar, disparar. No los seguía porque nunca los había escuchado. Le dije que serían necesarios dos años de trabajo. Entonces me dijo que no tenía dos años. Julia tiene muchas cualidades, pero le falta paciencia..."
Porque más allá del enorme reto técnico, la biatleta de Les Saisies también tuvo que dominar su temperamento competitivo. "Requirió trabajo sobre mi personalidad: soy alguien muy enérgica, necesito que las cosas vayan rápido", reconoce Julia Simon. "También trabajamos mucho el aspecto mental para encontrar relajación detrás del rifle, porque soy muy dinámica."
Y en biatlón, cuando disparas bien y esquías rápido... juegas en cabeza. Una receta que parece fácil escrita así y que Julia ejecutó a la perfección durante toda la temporada. Basta mirar las estadísticas para ilustrar su regularidad casi metronómica.
En 24 carreras individuales:
- Subió al podio 12 veces (¡una de cada dos!), incluyendo 4 victorias.
- Solo quedó fuera del top 5 en seis ocasiones y fuera del top 10 en tres.
Sin olvidar, por supuesto, su título mundial en persecución conseguido en Oberhof y su medalla de bronce en la salida en masa.
"UN GLOBO NO SE DEFIENDE, SE GANA"
Esta temporada, Julia Simon se ha convertido en la jefa del biatlón femenino mundial. Por sus resultados, por supuesto, pero también por su actitud. Sobre los esquís o tras el rifle, nunca dejó de defender su dorsal amarillo, conseguido el 8 de diciembre durante la quinta carrera de la temporada.

Donde algunas podrían haber "asegurado" para garantizar el éxito, Julia eligió el camino opuesto: atacar. Porque, como ella misma dice, "un globo no se defiende, se gana". Lo demostró perfectamente en las carreras mano a mano que tanto le gustan, con un tiro de pie que a menudo encendía a los aficionados y desmoralizaba a sus rivales. ¿Es casualidad que también ganara los pequeños globos en salida en masa y persecución?
Aunque pareció navegar por la temporada con serenidad y siempre sonriendo, no todo fue fácil para la de Beaufortain. Estuvo el Covid que contrajo tras el Mundial de Oberhof, la persecución de Antholz-Anterselva con 7 fallos, un nuevo estatus que asumir... Pero, como en la alfombra de tiro tumbado, Julia no entró en pánico. Centrada en su biatlón y en los gestos técnicos practicados cientos de veces en los entrenamientos, fue a conquistar el Santo Grial de todo deportista del "circo blanco".
Al vestirse de cristal y oro mundial, Julia Simon ha cumplido varios de sus sueños como biatleta. Aunque es consciente de haber entrado en la historia del biatlón y del deporte francés, la saboyana mantiene los pies en la tierra: "El biatlón es un ciclo eterno. No estoy a salvo de perderme el invierno 2024. Hay que volver a trabajar cada vez, hacerse las preguntas adecuadas y fijarse pequeños objetivos".
Así que, ¡hasta el próximo invierno, Julia!