Encuentro con un deportista al límite
"¡No hay un solo día en que no piense en abrir una nueva línea, en hacer una nueva travesía!"

Caminar sobre el vacío manteniendo el control de sus movimientos y emociones: esta es la pasión de este deportista excepcional que parece no temer a nada. Apasionado de la montaña pero sobre todo de la highline, de los grandes espacios y de los paisajes majestuosos, Antoine Mesnage nos invita a sumergirnos en su universo donde reinan las sensaciones fuertes.

1/ ¡HOLA ANTOINE! CUÉNTANOS UN POCO SOBRE TI…
"Me llamo Antoine Mesnage, tengo 26 años y soy originario de Annecy, en Alta Saboya. Eso es lo básico. Si no, soy fotógrafo y videógrafo independiente y un apasionado de la highline desde hace más de 10 años."
¿Lo sabías?
Cuando se practica la slackline, se camina sobre una cinta suelta de 2 cm de ancho sin ayuda de una pértiga. Cuando se practica la highline, es más o menos lo mismo… excepto que se hace sobre el vacío.
2/ ¿QUÉ TE LLEVÓ A LANZARTE EN LA HIGHLINE?
"Como mi padre es un gran apasionado de la escalada, desde pequeño estuve inmerso en el universo del deporte outdoor. Ya sea con mi familia o en el instituto, practiqué escalada durante mucho tiempo antes de sentir la necesidad de hacer algo diferente.
Aparecida en los años 80 en EE. UU., la highline llegó a Francia en 2005. Se inspiró en los escaladores que tendían cintas entre dos vías para trabajar su propiocepción al escalar. En 2011 salió la película de Seb Montaz y los Flying Frenchies I Believe I Can Fly. En cuanto la vi, me dije que eso era exactamente lo que quería hacer."
Definición
La propiocepción: también llamada sensibilidad profunda, designa el conjunto de informaciones que se transmiten al cerebro para moverse bien en el espacio (ajuste de la postura, movimiento del cuerpo…).
3/ ¿CÓMO EMPEZASTE A PRACTICAR?
"En aquella época, no había clubes de slackline o highline. Pero como tenía muchas ganas de probar, fui a buscar una cinta de camión con algunos amigos. Ninguno de nosotros sabía realmente cómo instalar una slack, ¡lo hacíamos por instinto! Al principio no me gustaron especialmente las sensaciones, pero al final me enganché.
Entrenaba mucho en la misma cinta de 20 metros que ponía a todas las alturas para aprender a levantarme, a dominar mi estrés… Luego, un día, me dije: ‘¿por qué no intentar lo mismo pero sobre el vacío?’
Nos lanzamos con unos amigos en líneas cortas (8 metros). Al descubrir las sensaciones que sentía encima del vacío, me enganché muy rápido y empecé a explorar las distintas posibilidades que ofrecía este deporte: figuras, grandes longitudes, nuevas aperturas de líneas…"

4/ ¿QUÉ ES LO QUE TE HACE VIBRAR EN TU PRÁCTICA?
"Cuando empecé, la highline era un deporte totalmente desconocido en Francia. Ese lado explorador y pionero me sedujo. Todo estaba por hacer, tanto en el desarrollo del material, como en los procesos de seguridad a establecer, o en la apertura de nuevas highlines en todo el mundo. He tenido la suerte de instalar nuevas líneas en muchos países y es una forma bastante excepcional de viajar.
La highline es un deporte que puede mezclarse con otras disciplinas: escalada, alpinismo, esquí, bicicleta… permite hacer combinaciones súper interesantes."
5/ ¿CÓMO SE PRACTICA LA HIGHLINE?
Es a menudo un proceso que se divide en 3 o 4 etapas:
- Etapa nº1: busco en un mapa, generalmente en Geoportail, las longitudes de los huecos y la altura del lugar identificado
- Etapa nº2: evalúo en directo las medidas con un láser, para preparar bien la travesía. También es cuando estudio cómo pasar la línea. Para eso, a menudo uso un dron
- Etapa nº3: instalo la línea antes de la travesía. Si puedo, uso anclajes naturales (árboles, bloques de piedra). Si no, taladro spits en la roca.
6/ ¿QUÉ HA CAMBIADO LA HIGHLINE EN TU VIDA COTIDIANA?
"Este deporte se ha convertido en parte de lo que soy, me define. Es una locura, no hay un solo día en que no piense en ello, en abrir una nueva línea o en hacer una nueva travesía.
Físicamente, ya solo hago deporte para ayudarme a perfeccionar mi técnica, para imaginar y concretar proyectos cada vez más locos. Mentalmente, la highline me ha transformado y me ha enseñado a dominar mis emociones. Es un deporte extremadamente potente porque te vacía completamente, no puedes mentir cuando cruzas.
Elegir caminar sobre el vacío es un compromiso mental incomparable, pero sigue siendo un deporte muy seguro si se practica bien."

7/ ¿HAS TENIDO DIFICULTADES AL EMPEZAR EN ESTE DEPORTE?
"Desde el principio, mi mayor lucha ha sido lograr que me tomen en serio. Creo que el slack todavía se percibe demasiado como un ‘deporte de hippies’, cuando en realidad es un deporte que mezcla hermosas disciplinas outdoor. Por eso me gusta realizar proyectos en alta montaña, donde no somos solo highliners sino alpinistas de pleno derecho."
8/ ¿QUÉ CONSEJOS DARÍAS A ALGUIEN QUE QUIERA EMPEZAR?
"Es sencillo: compra un kit de slack o cintas de camión sobre las que puedas caminar y ve a un parque con algunos amigos para empezar. Si uno empieza a practicar solo, puede desanimarse rápidamente porque al principio es difícil. No hay que presionarse, y estar en un ambiente agradable ayuda mucho a perseverar y engancharse."
Info práctica
Ahora existen muchos grupos de Facebook dedicados a este deporte, en los que es fácil encontrar personas competentes con las que lanzarse.
9/ SI TUVIERAS QUE ELEGIR UNA SOLA LÍNEA, ¿CUÁL SERÍA?
"Para el rodaje de una película, tendimos una línea en alta montaña en las Périades en Chamonix. Es el conjunto lo que hace que esta línea sea increíble: el entorno, la apertura excepcional (¡mi primera en el macizo del Mont-Blanc!), el equipo de locos que teníamos y la mezcla de competencias que ayudó mucho. (Nota: película Out of Frame sobre Mathis Dumas y su día a día como guía/fotógrafo, filmada por Jordan Manoukian). ¡Un gran trabajo en equipo!"
10/ ¡CUÉNTANOS CÓMO FUE!
"Todo partió de una idea de Mathis y Jordan, que ya habían hecho vivac en las Périades. Tenían una toma de dron del lugar y ese era nuestro único medio para analizar con antelación cómo íbamos a instalar la línea.
Una vez allí, los chicos (Mathis y Aurélien Vessiaire) hicieron un trabajo excepcional para permitirnos acceder a la cima de las dos torres. Una vez arriba, nos tocaba a nosotros jugar, instalar la línea y caminar sobre ella.
Sinceramente, aunque confiaba en la instalación, los anclajes daban bastante miedo… Así que había una verdadera tensión una vez que la línea estuvo instalada. Pero no me dejé tiempo para dudar y me levanté enseguida. La vista era increíble, en pleno atardecer. ¡Es la línea que más miedo me ha dado en mi vida!"