Carolin  LANGENHORST
© ©Miha Matavz
Ski cross
Carolin LANGENHORST
Snowboard - 28 years

©Miha Matavz

CAROLIN LANGENHORST

SNOWBOARDER – 25 AÑOS

PRÓXIMA SUPERSUPLENTE 

 

Tras retirarse las snowboarders Selina Jörg y Cheyenne Loch al final de la temporada pasada tras sus exitosas carreras, ha llegado el momento de que las segundas atletas den un paso al frente y demuestren su valía. Es el caso ni más ni menos que de Carolin Langenhorst, medalla de bronce en el Campeonato del Mundo Junior de 2016, que también consiguió el segundo puesto en la Copa del Mundo de Rogla en 2017. Al quedar tercera en Bannoye (Rusia), en la Copa del Mundo de este año, ha sentado las bases del éxito, calificándose para los Juegos Olímpicos de Invierno 2022 en Pekín.

 

PREMIO DEL DEPORTE DE BAVIERA 2020 POR SU COMPROMISO SOCIAL 

 

La competidora alemana del equipo de snowboard nació en Hamm, al norte de Alemania, el 3 de febrero de 1996 y creció en Berchtesgaden. Siguió los pasos de su hermano mayor en snowboard y enseguida se enamoró de este deporte, que le llevó al nivel de la élite mundial en las disciplinas de slalom gigante paralelo y slalom paralelo. Carolin, que es una atleta patrocinada por el ejército, vive actualmente en Munich, donde estudia ciencias de la educación en la LMU. Durante el confinamiento por el coronavirus, demostró sobradamente su conciencia social. Participó por su propio deseo como voluntaria en un centro de asesoramiento telefónico en el departamento de sanidad de Bad Reichenhall. «En lugar de quedarme de brazos cruzados en casa, decidí hacer algo con mi cerebro que pudiera aportar algo a la sociedad.» Por esta iniciativa, recibió el Premio al Deporte de Bavaria 2020 de manos del ministro bávaro de Interior y Deporte, Joachim Herrmann. 

 

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OBJETIVO: UN FINAL OLÍMPICO EN EL TOP 8

 

Además de hacer snowboard, a Carolin le encanta la repostería, escalar montañas, hacer surf y acrobacias. Se describe como alguien que piensa primero y actúa después, algo que a veces en snowboard puede ser una desventaja. Es incapaz de lanzarse sin antes pensar bien las cosas. Eso es algo que le molesta y le gustaría poder cambiar. Carolin, que cumplirá 26 años el mes que viene, tiene un ritual antes de la carrera: empieza santiguándose. Esto quizá le ayude también en los Juegos Olímpicos de Pekín. Está empezando a sentir la presión. «Ahora tenemos que empezar a rendir», dice Carolin. «Los entrenadores están intentado quitarnos presión, pero no podemos evitarlo, nos atrapa, y tenemos muchas ganas de meternos a fondo y conseguirlo. Vamos por buen camino y estamos con la vista puesta en ello.»  

De que eso sea suficiente para conseguir un puesto en el podio ya no está tan segura, pero le gustaría terminar entre las ocho primeras. En los Juegos Olímpicos de 2018 quedó novena, y en 2022 espera mejorarlo. ¡En Julbo estaremos animándola! 

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