ÉLISE PONCET BATIÓ EL RÉCORD DEL MONT BLANC EN ESQUÍ CON 30 MINUTOS DE VENTAJA
Élise Poncet tardó 12 años en reencontrarse con sus raíces. Doce años desde que dejó París, guiada por una profunda pasión por la montaña. Doce años de paciencia, aprendizaje, carreras, cumbres, lesiones, victorias...

Una lenta maduración que, como en la alta montaña, no permite atajos. Para Élise, cada paso contaba. Porque en altura, como en el deporte de alto nivel, la experiencia es la clave de la confianza y la seguridad.

Una doble vida de campeona
Conocida por el gran público por sus logros en trail – subcampeona del mundo en 2019, campeona de Francia en 2022 – Élise Poncet llevaba otra vida, lejos de los focos. La de una alpinista apasionada, que escalaba pendientes empinadas con discreción pero con determinación. Hoy, con 30 años, ha decidido unir sus dos pasiones: el trail y el esquí de montaña, en un proyecto tan audaz como poético.
Una ascensión mítica, un récord histórico
El viernes 16 de mayo, a las 5 de la mañana, Élise partió desde la iglesia de Chamonix. Su objetivo: completar la ida y vuelta a la cima del Mont Blanc (4.809 m) con esquís, en total autonomía. Un reto físico y mental colosal: 35 kilómetros y 3.800 metros de desnivel positivo.
6 horas, 54 minutos y 47 segundos después, Élise cruzó la línea de meta.
El resultado fue claro: récord batido, con más de 30 minutos de ventaja sobre la anterior marca femenina de 7h29. Se convierte así en la mujer más rápida de la historia en completar este recorrido legendario.

El itinerario de los pioneros
Para esta hazaña, Élise eligió la ruta histórica de Jacques Balmat, el primer hombre en ascender el Mont Blanc en 1786, pasando por el refugio de los Grands Mulets.

Un itinerario que atraviesa todos los pisos alpinos: bosques, glaciares, grietas y aristas afiladas. Un viaje físico, pero también sensorial. Desde los 1.000 hasta los 4.810 metros de altitud, cada metro conquistado exige rigor y respeto por la montaña: equipo de glaciar, crampones en la arista de los Bosses, encordamiento en zonas con grietas, y unas gafas Julbo Edge Cover con lentes Reactiv 0-4 High Contrast, pegadas a la nariz desde la salida hasta la llegada.

Una aventura de rendimiento… y de amistad
Más allá de la pura hazaña deportiva, este proyecto fue ante todo una aventura humana. Fueron sus amigos, compañeros de cordada y seres queridos quienes impulsaron a Élise, tanto en los momentos de duda como en los de gloria. El espíritu de equipo, más fuerte que todo, fue el verdadero motor de esta hazaña.