Niños: ¿cuál es la edad ideal para empezar a esquiar?
¿Tu pequeño está listo para ponerse sus primeros esquís?
¿Tu pequeño está listo para ponerse sus primeros esquís? Como padres, no siempre es fácil saber cuál es el momento ideal para empezar a enseñarle. ¿Cómo se le puede familiarizar con las sensaciones del deslizamiento? ¿Hay que apuntarle a un cursillo con más niños? Nuestros consejos para acompañar a tu hijo/a en sus primeras sesiones de esquí.
5 AÑOS, LA EDAD MEDIA PARA APRENDER A ESQUIAR
De media, un niño puede aprender a esquiar a partir de los 4-5 años. A esa edad empieza a controlar su cuerpo y desarrolla su motricidad y su equilibrio. Así puede esquiar solo, sin que lo sujeten sus padres. Pero esta no es la edad mínima: muchos niños, sobre todo los que crecen en la montaña, están listos para ponerse los esquís desde los 2-3 años. ¡Cada uno tiene su ritmo!
Lo más importante es asegurarte de que tu pequeño/a esté listo. Ten en cuenta su dinamismo, sus ganas de aprender y sus capacidades físicas: ¿es activo/a? ¿Ha practicado ya otras actividades como la natación? En caso afirmativo, para él o ella no será ningún problema ponerse los esquís muy pequeño.
Si siente aprensión, es importante respetar sus deseos y no forzarle. Trata de acostumbrarle a las sensaciones del deslizamiento con actividades sencillas y divertidas, como lanzarse en un trineo. Para que descubra la nieve, haced juntos un muñeco de nieve o salid a pasear para admirar la belleza de la naturaleza en invierno.
¿CÓMO ENSEÑARLE A ESQUIAR A TU HIJO?
Para iniciar a tu hijo en el esquí y que disfrute de la mejor experiencia posible, tienes dos métodos.
APRENDER SOLO
Puedes familiarizar a tu hijo/a con la diversión de deslizarse en el jardín de nieve de una estación de esquí. Este espacio para niños a partir de 3 años tiene equipamientos lúdicos para facilitar el aprendizaje, como pequeñas pendientes, telecuerdas y cintas transportadoras. Tu chiquitín/a podrá familiarizarse con estos equipamientos, observar, jugar y deslizarse por la nieve de forma totalmente natural.
Para que disfrute plenamente de la experiencia, respeta sus ritmos. Con el frío y embutido bajo un montón de capas de ropa, puede cansarse y perder la concentración. Haz descansos a menudo y limita las sesiones de iniciación como máximo a una hora. Por último, no olvides llevar algún snack para reponer fuerzas.
Muchos profesionales desaconsejan llevar al niño de pie entre tus piernas para enseñarle a esquiar. Es malo para tu espalda y, además, es peligroso. Si se cae, podrías caer tú también sobre él. Además, al sujetarse a ti, puede acostumbrarse a una mala postura y no utilizar bien sus propios músculos. ¿Cuál es el método adecuado? Ponerte a su lado y tenderle el bastón. Aprenderá a mantener el equilibro y a la vez dominar sus esquís.
CON UN MONITOR DE ESQUÍ
Para que tu hijo/a adquiera unas bases sólidas, una buena opción es apuntarle a un cursillo de esquí. En las estaciones de esquí se organizan cursillos colectivos por edad y por nivel:
- De 3 a 4 años: las sesiones de iniciación son cortas y se utilizan juegos para ayudarle de forma lúdica a desplazarse con los esquís y enseñarle a hacer el quitanieves. Tienen lugar en un espacio especial para los más pequeños.
- A partir de 5 años: las clases duran 2 horas o más e incluyen la iniciación sobre los gestos técnicos para que pueda ser autónomo sobre unos esquís. A esa edad, tu hijo puede apuntarse en un cursillo que le permitirá hacer algún giro y controlar su velocidad.
El esquí se enseña en general con un monitor diplomado por la escuela de esquí (la ESF en el caso de Francia) o con un monitor independiente. Para encontrar un cursillo adecuado para el nivel de tu hijo, dirígete a la Oficina de Turismo o a tu estación de esquí.
¿QUÉ EQUIPAMIENTO PUEDES USAR PARA PROTEGER A TU HIJO/A ESQUIANDO?
Sea cual sea la edad de tu pequeño esquiador o esquiadora, es fundamental que tenga un buen equipamiento. Un buen material es clave para garantizar su confort y su seguridad. Lo más importante es:
- un casco para evitar pequeñas caídas;
- un gorro;
- ropa cálida y cómoda: leotardos, buff, mono de esquí, polar y body;
- guantes o manoplas;
- calzado de la talla adecuada y esquís adaptados.
Una última protección que no debes descuidar: la máscara. En Julbo, desarrollamos protecciones solares para pequeños y mayores. Los ojos de los niños son especialmente frágiles; por eso es fundamental protegerlos con una montura cómoda que se adapte a su cabeza. ¡Para los pequeños aventureros, hemos ampliado nuestra oferta con unas máscaras de esquí resistentes y asequibles con mucho estilo!
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