Marzo de 2023: en Oslo Holmenkollen, templo del esquí nórdico, Julia Simon alza el globo de cristal que premia a la mejor biatleta de la temporada. Dieciocho años después de Sandrine Bailly, se convierte en la cuarta francesa que logra semejante proeza. Una sorpresa divina para la atleta que nadie, ni ella misma, esperaba a semejante nivel en ese momento de su carrera.

UNA PRIMERA VICTORIA A LOS 23 AÑOS

La biatleta Julbo viene de la meseta de Les Saisies. Treinta años después de los Juegos Olímpicos de Albertville, el esquí nórdico forma parte de la cultura local. Aquí, en esta tierra de Beaufortain, las generaciones se han ido sucediendo siempre con la misma pasión en la punta de las espátulas. Julia Simon creció en esta tierra cargada de historia. A sus 21 primaveras, durante el invierno de 2017 consigue su billete para la Copa del Mundo. Y la saboyarda no se lo piensa ni un segundo. Sobre los esquís, sobre la plataforma de lanzamiento. En unas semanas, su destino da un giro. 5 de diciembre de 2019: primer podio con el 3.^er puesto de la prueba individual de Ostersünd. 14 de marzo de 2020: victoria en la carrera de Kontiolathi.

Esa temporada termina 8.ª del mundo. Se anuncia un futuro radiante. Para la joven que también es titular de Carpintería, pasión que comparte con Simon Desthieux (otro biatleta Julbo actualmente retirado).

UN GLOBO DE CRISTAL TRES AÑOS DESPUÉS

Julia Simon se convirtió esta temporada en la ama del biatlón femenino mundial. Para alcanzar este Grial, el camino ha sido largo para la biatleta de Julbo, que ha recuperado completamente su técnica de tiro en prono. Dos años de duro trabajo detrás del fusil, pero también de preparación mental para convertirse en una de las mejores tiradoras de la temporada (termina la temporada con un 93 % de éxito en la modalidad tendida, frente a un 84 % la temporada pasada y un 72 % en la de 2020/2021)

Y en biatlón, cuando tiras bien y eres buena esquiando... juegas por delante. Una receta que parece fácil dicha así, y que Julia ha ejecutado perfectamente a lo largo de toda la temporada. Basta con echar un vistazo a las estadísticas para darse cuenta de su regularidad casi de metrónomo. Y no hemos de olvidar el título de campeona del mundo que consiguió en Oberhof en persecución y su medalla de bronce en la mass-start.

Sobre los esquís o detrás de la carabina, no se dio en ningún momento por vencida a la hora de defender el dorsal amarillo, que consiguió el 8 de diciembre en la 5.a carrera de la temporada. Ahí donde otras podrían haber mantenido la solidez para asegurar, Julia eligió el camino inverso: el ataque. Por como bien dice ella: «Un globo no se defiende, se gana». Lo demostró perfectamente en las carreras de confrontación directas que tanto le gustan, con un tiro de pie que sus fans aclamaron acalorados, para disgusto de sus adversarios. ¿Es casualidad que gane tanto los globos pequeños en mass- start como en persecución?

2023 es el comienzo de una hermosa colección de cristal para Julia.